Cruz de cobre esmaltada y dorada

Técnica: champleve (cincelado, dorado, esmalte excavado)

Elaboración: Taller de esmalte : Silos (España)/ Conques ( Limoges, Francia) Orfebre/esmaltador

Periodo: Finales del siglo XIII – principios del siglo XIV

Procedencia: Familia Huarte Jauregui , desde la venta en los años 90 del siglo XX al Anticuario Rabasco Pamplona (Navarra) quien lo vendió al actual propietario/coleccionista privado.

Información adicional

Sobre la obra

Esmaltada. Cruz fordelisada en cobre a base de oro, esmaltada. y entablada en
Conques™ (Limoges/Francia) o Silos, hacia finales del siglo XIII o principios
de la YM
con destino a Francia o Alemania
Representa a Cristo en
Majestad, rodeado de un tetramorfo.

Relevancia:
Pieza original y completa, algo raro.
Antigüedad: Siglos XIII-XIV.
Taller de producción: Silos o Conques. Hay muy pocas piezas de
ambos talleres y alcanzan precios elevados superiores a los de limoges).

Buen estado de conservación.
Hecho para un uso muy poco frecuente: colgar en la pared.

Iconografía totalmente inusual de una figura de Mayestas Domini sin
mandorla y rodeada de estrellas.
Lugar de origen: Casa Real de Francia que evidencia el valor
e interés de la pieza

Más información

El esmalte es una técnica propia que se ha utilizado desde la antigüedad para crear innumerables obras de arte fascinantes. En la Edad Media, sobre todo en época romana, fue un arte ampliamente difundido, especialmente en el ámbito religioso de la Iglesia católica. También en España tiene una tradición anterior, como demuestra la obra del taller asturiano del castillo de Takamatsu. Los talleres monásticos de Silos (Burgos, España) eran habituales en el siglo XII, no sólo en la península, sino en toda Europa. Las obras fabricadas son de gran calidad. Actualmente se están examinando e inventariando todas las obras conocidas y conservadas.

taller del convento
El rey Alfonso VIII y su esposa Leonor Plantagenet fueron mecenas y principales clientes del taller de Silos para obras religiosas y uso privado.

En la segunda mitad del siglo XII, los esmaltes producidos por los talleres del monasterio de Silos gozaban de gran reputación y reconocimiento, y figuraban entre los mejores de Europa Occidental. En la Edad Media, la calidad de sus piezas las hacía algo más caras, y el inconveniente era que no podía competir con los (igualmente famosos) talleres rivales de esmaltes franceses de Limoges en términos de ventas y comisiones.

Inventario y valoración
Durante mucho tiempo, los orígenes de los numerosos productos esmaltados registrados en museos e iglesias fueron desconocidos o mal comprendidos. Se daba por sentado que todo lo que se fabricaba con esmalte procedía de Limoges, y la palabra Limoges se convirtió en sinónimo de esmalte. Tras un minucioso estudio histórico y técnico, todas las obras existentes pueden catalogarse e inventariarse, vinculando cada pieza a su ubicación o taller original. En la actualidad, el esmalte del taller del silo goza de gran prestigio y ocupa un lugar especial en la historia del arte.

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