Lo Sgombero

3.200,00 + VAT

Técnica: Litografía original en 8 colores.

Artista: Giorgio Chirico

Fecha: 1970

Dimensiones: 53 x 70 cm

Proveniencia: Colección Privada (España)

Firmada y numerada a lápiz por el artista.

Información adicional

Dimensiones 53 × 70 cm
Contexto Histórico

Misterio y melancolía de una calle, óleo sobre lienzo fue ejecutado en 1914. Este cuadro sirvió de modelo para la litografía que se muestra en esta exposición, Lo Sgombero, realizada en 1970. Esta obra ilustra el tratamiento que el artista italiano daba a los paisajes urbanos y a la arquitectura. Después de la Gran Guerra y durante la década de 1920, Giorgio de Chirico se alejó de las tendencias vanguardistas, produciendo un arte que fue calificado de académico y poco original. El renacimiento clásico de De Chirico le valió el desprecio de otros artistas, especialmente de los surrealistas, que se habían visto muy influidos por sus obras metafísicas, pero que veían en la vuelta al arte académico una pérdida de originalidad y valor artístico. Sin embargo, a pesar de las opiniones de la historiografía moderna del arte, especialmente en la segunda mitad del siglo XX, la obra de Chirico posterior a la década de 1910 muestra una gran calidad artística. Aunque no aparezca en muchos manuales de historia del arte, la vuelta al arte del periodo de entreguerras produjo obras de gran calidad.

Carrera Artística de Giorgio de Chirico

Giorgio de Chirico nació en Grecia en el seno de una familia italiana y a los doce años comenzó a estudiar arte en la Escuela Politécnica de Atenas, donde siguió una formación académica, dando gran importancia al perfeccionamiento del dibujo mediante la copia de modelos clásicos. En 1906, tras una breve estancia en Florencia, la familia se instaló en Múnich, donde Giorgio de Chirico continuó su formación artística en la Escuela de Bellas Artes. Durante este periodo, el joven artista entró en contacto con la obra de artistas alemanes y suizos como Bocklin y Klinger. También se interesó por la filosofía alemana, y la obra de Schopenhauer y Nietzsche influyó en su estilo artístico, dando lugar a sus pinturas metafísicas.

Más tarde, tras una breve estancia en Turín, se trasladó con su hermano a París, donde entró en contacto con las principales figuras de la vanguardia. Expuso en numerosos salones, como el Salon d'Automne, entre otros. Fue durante este periodo cuando Chirico produjo la mayoría de sus pinturas metafísicas, que más tarde influyeron en el movimiento surrealista.

La obra de Chirico durante este periodo se caracteriza por la representación de espacios urbanos de inspiración clásica. Los soportales, las plazas y las construcciones arquitectónicas, edificadas con perspectivas ilógicas, están tratadas de forma onírica, exudando misticismo y misterio. De Chirico integra en sus obras la herencia del arte clásico, pero el artista la transforma según su propio universo íntimo.

Descripción Iconográfica

El artista italiano trató los paisajes urbanos y la arquitectura desde un punto de vista metafísico. En esta etapa, Chirico crea atmósferas oníricas caracterizadas por el surrealismo, como se aprecia en la iluminación irreal y las perspectivas arquitectónicas imposibles de esta creación.

La litografía muestra una calle desierta donde un profundo silencio domina la escena, transmitiendo una sensación de melancolía y misterio. También muestra a una niña corriendo y jugando con un aro entre las oscuras calles que crean dos edificios de inspiración clásica cuyo punto de fuga muestra la falta de una construcción matemática de la perspectiva. La niña, ajena a todo lo que la rodea, se dirige hacia el final de la calle, donde una sombra oscura y no identificada la acecha, presagiando un mal futuro.

A la derecha hay un vagón de mudanzas y varios bultos en el suelo. Esto hace referencia a la juventud de Chirico, cuando realizó numerosos cambios de residencia impuestos por el trabajo de su padre, algo que dejó huella en su imaginario infantil.

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